03 septiembre 2015

Despacio..

 
Fotografía de Robert Doisneau, "Le vélo de printemps", 1948.

Llámame antigua.. pero no voy a renunciar a descubrirte despacio, como se descubren esos pequeños secretos que alguien deja enterrados en la arena. Observarte sin prisas, que me dejes ver qué hay detrás de esa mirada, qué sueños se esconden bajo el uniforme impuesto por esta sociedad correcta y fría, de deseos rápidos y con prisas, por los que no vale la pena esperar un poquito.. sólo un poquito...
No pretendo que abras tus puertas en un día, no quiero, no me gusta.. tan sólo saber que me concedes el tiempo suficiente, el que haga falta, para recorrer el camino a tu casa.

Llámame clásica... pero quiero que me descubras despacio, que me invites a un té y me sostengas la mirada y me des el valor para que yo no la baje.. como antaño. Que me des un solo motivo para que aparque las dudas, me baje del mundo y me quite la máscara. Quiero que tú quieras que lo haga, que te importe lo que hay detrás, sin prisas, que el tiempo se detenga, que no importe, mientras me tomas de la mano y damos una vuelta... y sonríes, y sonrío incómoda pero a cada paso un poquito menos.. mientras te llevo a mi casa.

No lo tomes por debilidad. No pido lánguidas miradas románticas, sino miradas valientes. Quiero que tengas el valor suficiente para intentar algo grande... despacio.. muy despacio.

31 julio 2015

La filosofía entre platos de sushi



Ayer, entre platos de sushi, L. hizo una reflexión magistral sobre la infelicidad... Sin duda si no somos felices es porque tenemos tantas opciones que nos despistan, que no estamos contentos con nada. Nada nos satisface, nada es lo suficientemente bueno, y el sabor de un plato de sushi en concreto se pierde entre las otras opciones diversas que podían haber sido y no fueron. Simple pero real.. y sabio.

Esta tarde invita a escribir. Verano y cielo que amenaza tormenta. Ambiente frío a pesar de la época del año, expectante, al otro lado de mi ventana; pero calor a este lado, en mi lado, y en mi alma. Ayuda a esta sensación de protección la música que escucho, mi libro y el té que bebo. Es una tarde de verano, pero no una tarde más. Al igual que todas, esta también es diferente, y tampoco se repetirá. Invita a recogerme, a disfrutar de la soledad desde mi ventana de siempre, al igual que cuando era niña.

Me pregunto qué ha cambiado. Creo que es todo igual pero sospecho que no soy la misma. He conseguido gran parte de lo que soñaba cuando miraba por esta ventana, pero quizás algunos sueños los he perdido o no los recuerdo, por más que me empeñe en pensar que mis ilusiones están intactas. Es difícil ir contracorriente y luchar con un mundo que se empeña en echar tierra sobre esas ilusiones, a veces soy yo misma la que la echo y culpo al mundo.

Nos programan cómo debemos vivir, lo que debemos buscar, en qué hay que creer y lo que debemos amar. Es difícil no caer. Si miro por la ventana en esta tarde que amenaza tormenta, me reconcilio con la niña que aún conservaba un corazón lleno de sueños. Creo que aún puedo rescatar algo de eso. Aún hay resquicios de vida auténtica en muchas sonrisas y miradas. Aún hay esperanza si pierdo el miedo.

Sólo parándome un ratito, reencontrándome, puedo disfrutar al máximo de esta música que escucho, cada nota y su efecto en mí.. de este libro, del alma entre sus páginas, del sabor de mi té, irrepetible, de la luz tenue de estas nubes grises.. de la vida. Parar, respirar, sentir, saborear lo auténtico, ser, reencontrarme, sonreir y vivir.

Porque de las dos formas de vivir la vida que describió un día el famoso físico alemán.. yo elijo vivirla como si todo fuera un milagro. Y es que absolutamente todo lo es..

07 septiembre 2014

Atardeceres y nuevos comienzos

El color del cielo en este atardecer, después de la tormenta, es indescriptible. Pura luz. Huele a tierra húmeda. El sol se empeña en seguir ofreciéndonos esa luz rojiza de final del verano.
No es un final, es un nuevo comienzo.

Vuelvo a trabajar después de los días de vacaciones, y vuelvo con ganas y proyectos. Como este atardecer, me niego a dejar de lado todos los matices de color que cada nuevo día puede ofrecernos. Es el tiempo de la vuelta a la rutina, de los bolis nuevos y zapatos a estrenar. Empiezo, y mi comienzo está cargado de deseos de hacer cada día único... como así lo es, único e irrepetible. Nuevas ideas en las que trabajar, objetivos, promesas, planes.. Y cada día, momentos para la reflexión, para reencontrarme, soñar, leer, aprender fuera del ámbito de mi profesión.

A veces pienso que si volviera a tener dieciocho años elegiría otra carrera, pero en el fondo sé que es pura rebeldía, cosas que me digo para soñar un poco despierta... Pero no, volvería a elegir lo mismo porque a pesar de que a veces me aparto del camino por diversos motivos, esto es lo que me apasiona. El mecanismo inrínseco y complejo del ser humano, de humani corporis fabrica, cada elemento, cada engranaje.

Elementos, ajenos al estudio y trabajo propio sobre esta materia, hacen que mi ilusión se nuble, que salgan a flote los agobios y los miedos.. Pero me hace falta muy poco para que esas amenazas de tormenta desaparezcan. Y mi vocación resurge, como el rojo tímido de este atardecer después de la lluvia, porque la luz nace pura de lo más profundo.

Vuelvo de vacaciones con una vocación purificada. Con ganas. Con nuevas metas. Es la vuelta al cole de una cirujana.

11 mayo 2014

De princesas guerreras..

Imagen de Nicoletta Ceccoli
 
Se espera que con los años los cuentos de hadas se marchiten en un lugar cerrado del alma. Ese rincón en donde duermen los sueños, las cosas más puras y bellas, que sólo la mente blanca de un niño puede imaginar. Ese rincón que va cerrando poco a poco la puerta y un día la vida termina por fin dando el último portazo y tira la llave al mar. Un mar de sensatez, de racionalidad, un mar adulto, profundo, y helado..
 
A las almas que mantenemos esta puerta abierta nos da vergüenza que se vea la tímida luz que se cuela por ella. Sabemos que puede ser tomado como un signo de inmadurez, de ingenuidad, incluso debilidad. Disimulamos. Me pongo el traje de mujer adulta, al inicio de la treintena, profesional, mujer moderna, progresista y sin miedos. Entrenada para salir a la calle, comerse el mundo y matar a la princesa que juega en su escondite. Pero ella es más fuerte. Siempre lo es.
 
La princesa que vive ahí escondida me dice que no me dé miedo seguir creyendo en príncipes azules. Se alimenta de sueños, de sonrisas sinceras, de gestos inequívocos y ancestrales, de esa fuerza que mueve el mundo desde el inicio de los tiempos. Le gustan los besos que rozan la comisura de la boca, con una mano suave posada en la otra mejilla. Ojos cerrados. Las miradas calladas. Cosquillas en la nuca. Noches mediterráneas de arenas blancas.
 
El ajetreo diario quiere destruirla. El amor de barra, el deseo con prisa, miradas vulgares y besos amnésicos.
Pero ella lucha. Es una princesa guerrera. Adulta, profesional, moderna, progresista y sin miedos. Sabe lo que quiere y no se conforma con menos.
 
Busca el amor sin medida, el príncipe valiente, los sueños eternos.
Tan sencillo como eso. Desde el inicio de los tiempos....

03 agosto 2013

Buenos días

Me subo en el metro esta mañana y lo primero que oigo es un "buenos días"..el vigilante de seguridad que acaba de entrar también en esa estación saluda a los viajeros. Será que salgo de guardia, tengo la mente aún sumida en ensoñaciones de las últimas horas dormidas de forma intranquila por si me avisaban.. pero me centro en esas palabras, dejo que inunden mis pensamientos y se repitan, como un eco.

Buenos días... revela el optimismo que tenemos en lo más interno de cada uno. Ese deseo de que todo salga bien hoy, esas ganas de empezar con una sonrisa, como quien desenvuelve un regalo. Un deseo que es en el fondo una tímida certeza.. va a ir bien, aunque los pensamientos negativos quieran hacerse un hueco, aunque las preocupaciones luchen por ganar a nuestra ilusión.. sabemos que empieza un nuevo día, una nueva esperanza, una oportunidad de cambio.. sabemos que va a ir bien.

Así son las primeras palabras que le dedicamos a todo el mundo. No son un deseo, ni una fórmula de cortesía.. son una afirmación. Buenos días. Así van a ser.


28 junio 2013

Mejor riendo..

 
 
Si todo va a acabar aquí.. mejor que acabemos riendo.. me dijiste. Y una vez más me diste una valiosa lección de vida. Una vez más me hiciste sonreir.. y luego reir a carcajadas.

La rutina, nuestros límites autoimpuestos, los prejuicios.. son sombras oscuras, nos vuelven grises, apagan ese brillo que nos hace únicos. Nos enseñaron que la persona cabal es seria, que posee autocontrol. Sólo los niños ríen sin límites, sólo ellos se alegran por nada, su mirada es nueva, su corazón todo lo sabe.. y luego poco a poco lo van olvidando. Se nos va olvidando vivir.

Gritar, sentir, romper barreras.. aceptar cada día el reto de poner nuestro granito de arena para cambiar el mundo. A veces me vuelvo fría y gris, a veces me olvido de buscar estrellas.. de reconocerlas e incorporarlas a mi vida. Últimamente siento que cada vez me cuesta más el viaje hacia ellas.. me debo de estar haciendo mayor.

Por eso quiero hacerme una promesa. La promesa de abrir los ojos a la belleza de la vida. De no pasar de puntillas, rozando este maravilloso regalo.. sino zambullirme en él, de lleno, sabiendo que la magia está en esos pequeños detalles.. que las estrellas aparecen cuando menos las esperas.

Y así, riendo, despegamos. Mi estrella y yo. Las carcajadas borraron mi miedo; y puede.. que aquel haya sido, hasta el momento, mi mejor vuelo.

13 enero 2013

Empezar....



Empezar no es fácil. Implica una decisión que nace de un impulso.. y no siempre es sencillo seguir a nuestros impulsos. Hace mucho tiempo creé este blog. Un cuaderno de viaje. ¿Y cuál era mi viaje?... ambicioso. Un viaje a las estrellas.

Viajar a las estrellas implica tener los ojos muy abiertos, el alma muy receptiva y una incombustible alegría interior que te alimente en el camino. No es caro. No se necesita mucho equipaje, ni siquiera tiempo.

Mi viaje a las estrellas empieza cada mañana... buscando la belleza en cada detalle. Las estrellas van apreciendo en el camino, sin tan siquiera llamarlas. Se comunican con sonrisas, las descubres en las miradas.. las estrellas son todas y cada una de las almas que alegran tu día, que te muestran un secreto que no conocías, que iluminan los senderos oscuros y calientan tu alma.

Hoy.. me ha parecido un buen día para retomar una vieja costumbre. La de encontrar la felicidad en cada detalle y abrir el corazón a las estrellas. Hoy es un buen día para empezar de nuevo el viaje...