29 abril 2008

Auténticos



Envidio a esa clase de personas que pueden hablar claramente sin quedar mal. No sé cómo lo hacen, pero lo que en otros sería un defecto, en ellos se convierte en una virtud y lo que en otros sería considerado incluso una grosería, en ellos queda natural, simple, como la vida misma. Seguro que ahora mismo tú también tienes en mente a una de esas personas tocadas por una gracia especial, que convierten también en especial todo lo que tocan. Quizás seas una de ellas. Yo hoy me inspiro en una amiga.

¿Dónde está el secreto?. ¿Qué es lo que hace tan bellas a estas personas a pesar de no ocultar ni uno sólo de sus defectos?. Al contrario.. se ríen de ellos y te los muestran sin tapujos. A su lado todo es simple, todo es auténtico, lo bueno, lo malo, todo fluye naturalmente. ¿Qué tienen?. Pienso en esta amiga para intentar descifrar la clave de esa autenticidad que envidio. ¿Qué tiene que la hace diferente?. Creo que lo sé.. son personas que han aprendido a absorber todo aquello que la vida les da, y miran el mundo a través de un corazón de niño, lleno de ilusión, curiosidad.. lleno de luz.

No teme mostrarse tal cual es, sabe que no es perfecta ni quiere serlo. Opina sin hacer daño, con un gran respeto por las posturas que no comparte.. pero un respeto auténtico, no ese respeto aprendido como norma de educación que suele evaporarse cuando la discusión se calienta. Jamás hace el ridículo, creo que simplemente porque no tiene miedo a hacerlo. Su abrazo es auténtico, como el de un niño. Ríe con todas sus ganas y llora con toda el alma. Dice no cuando es que no, con una sonrisa sincera, y no puedes enfadarte porque no esconde absolutamente nada.

Te escucha, porque de verdad le interesa lo que dices. Es solidaria, porque de verdad siente las injusticias ajenas como en su propia piel, no porque quede bien serlo. No se enreda en frases sin sentido, lo que dice le sale del corazón. Está por encima de prejuicios y clases sociales, porque de verdad no ve diferencias. Algunos se crecen recordando sus orígenes humildes, pero en el fondo quieren dejar bien claro que aquello ya pasó... ella deja bien claro que nada ha cambiado respecto a sus orígenes, porque no ve nada de malo en ello, y da gracias cada día por haber tenido las oportunidades que su familia no tuvo. Todo con una elegancia innata... que es la única elegancia que existe, simplemente la tienes o no la tienes.

Ella y personas como ella sacan lo mejor de quienes les conocen, porque ven belleza en cada gesto, y no disfrazan a sus amigos. Esta noche si veo una estrella fugaz le pediré un deseo... quiero ser auténtica.

18 abril 2008

Vampiros



Prueba a salir a la calle con una sonrisa, el mundo te la devolverá. Puede que algunos extraños seres, consumidos por la rutina, engullidos por esa enorme espiral de sueños rotos antes de haberse ni siquiera soñado, no te la devuelvan, y se atrevan incluso a intentar morder tu alma con sus afilados colmillos y su veneno de envidia y rabia contenida.. pero no te importará, estás por encima de tanta vulgaridad.

Esos vampiros con disfraz de gente corriente atacan a cualquier hora, no necesitan un motivo, les hierve la sangre o lo que sea que tengan por dentro si huelen la felicidad, el amor, la sencillez, la amistad altruista, la sinceridad... porque es todo lo que a ellos les falta y no pueden comprar con dinero. No dejes que te pillen desprevenido, cultiva tu sonrisa, tu fuente de alegría interior, que sea sólida, fuerte, para que no te la roben, para que no chupen esa energía que irradias, para que no te afecte su veneno. Si te sorprenden con el alma débil puede que te conviertas en uno de ellos.

Algunos son vampiros falsos, momentáneos, aprendices de vampiros.. démosles un voto de confianza porque a todos en algún momento se nos han afilado esos colmillos. Tal vez necesiten un gesto amable, tal vez sean especialmente sensibles.. a estos se les vence con un poco de cariño. Pero otros no, otros son vampiros profesionales, y debemos protegernos, huir.. porque la vida es demasiado bella para que nos la estropeen.

13 abril 2008

El día que repartieron las almas


"El Grito"- Edvard Munch

Creemos acercarnos a lo que ellos sienten en determinadas situaciones de la vida, jugamos con esa idea.. es un buen recurso literario, hacemos chistes, películas, canciones... pero nadie sabe de verdad qué se siente cuando la realidad se rompe en mil pedazos, nadie excepto ellos. Enfermos que pierden su propia esencia, su yo. Viven en la parte más oscura de la sociedad, allí donde no llega la comprensión, ni la humanidad, ni siquiera la muerte.. por eso hay tantos que salen a buscarla.

He vuelto a encontrarme con una amiga de la infancia. Hacía años que no hablaba con ella, y estaba cambiada. No es difícil darse cuenta de que a esta chica le pasa algo, y ella misma me lo confirmó: padece esquizofrenia y ha necesitado ingreso psiquiátrico en varias ocasiones. Está en tratamiento, pero su enfermedad, como sabes, es crónica y debe aprender a vivir con ello, tanto ella como su familia.

Me acompañó un largo rato, hablando de cosas sin trascendencia, se encuentra estable en estos momentos y por tanto, a pesar del deterioro propio de las crisis sufridas y de los efectos de la medicación, se puede mantener con ella una conversación. Al despedirnos, su mirada me lo dijo todo. Me preguntó mi opinión, si pensaba que podía llevar una vida normal, que podía ser una chica como cualquiera de su edad... Tenía miedo. Porque no es fácil sufrir una enfermedad mental en nuestro tiempo, por supuesto es mejor que hace años cuando el único remedio era encerrarles atados con camisas de fuerza, pero es obvio que aún siguen siendo enfermos estigmatizados.

Esta chica está trabajando gracias a una asociación de reinserción, es completamente consciente de su enfermedad, hace ya tiempo que no ha sufrido una crisis, me habla de sus cosas.. incluso se sonroja contándome que se está enamorando de un compañero... pero antes de sentarse a tu lado para charlar un rato, te pregunta si te molesta su compañía.

Durante mis prácticas en Psiquiatría me dí cuenta de lo solas que están estas personas, de sus miradas suplicantes pidiendo que les trates como lo que son.. seres humanos, de lo que te enriquecen las terapias de grupo.. y es que no sólo sirven para ellos, también los médicos aprendemos mucho de esos encuentros. Son enfermos, necesitan atención médica, sus familias necesitan apoyo... pero ante todo son personas. Siempre recordaré la frase de una paciente que estaba ingresada por un trastorno bipolar.. en ningún libro he encontrado una definición mejor de sus sentimientos.. "el día que Dios repartió las almas, a mí me dio dos". Allí estaba ella, luchando por llevar una vida normal, con sus dos almas. Los demás tenemos sólo una, y a veces es tan cruel...